Guerra

Te soñe ayer, y hoy, de nuevo.
Siempre una tentación en ti misma, como siempre tu eres el laberinto más fácil de jardines perdedizos.
No puedo buscarte en donde siempre, no puedo verte sin cegarme y sin embargo me desquicia no probarte en sueños si quiera, eres la Baudelaire eterna, la de las ansias adornadas, los ojos sangrados por las posibilidades que soplas a la distancia, los azules componentes y las manchas ocupadas.
Te quiero, porque quiero todo y no puedo tenerlo, las quiero todas juntas, los riesgos, el ego, la culpa.
No te digo, y si duele (pero duele dulce), creo que nunca llore tu ausencia porque en realidad nunca hiciste falta. Guerra, viene cerca y me refugio en mi nación cercana, con violas y con chellos, de manos sucias y verbos encajados, me duele el pecho, físicamente se me oprime el alma, volátilmente se me fatiga el cuerpo.
Te lo diré pronto, sé que no correrás pero andarás más lento, yo lo haría si pudiera, no me odies, yo lo hago.

11:11

La mano de Onán se queja

Yo soy el sexo de los condenados.
No el juguete de alcoba que economiza vida.
Yo soy la amante de los que no amaron.
Yo soy la esposa de los miserables.
Soy el minuto antes del suicida.
Sola de amor, mas nunca solitaria,
limitada de piel, saco raíces...
Se me llenan de Ángeles los dedos,
se me llenan de sexos no tocados.
Me parezco al silencio de los héroes.
No trabajo con carne solamente...
Va más alla de digital mi oficio.
En mi labor hay un obrero alto.
Un Quijote se ahoga entre mis dedos,
una novia tambièn que no se tuvo.
Yo apenas soy violenta intermediaria,
porque también hay verso en mis temblores,
sonrisas que se cuajan en mi tacto,
misas que se derriten sin iglesias,
discursos fracasados que resbalan,
besos que bajan desde el cráneo a un dedo,
toda la tierra suave en un instante.
En mi carne que huye de mi carne;
horizontes que saco de una gota,
Una gota que junta
todos los ríos de mi piel, borrachos;
un gotearon que trae
todas las aguas de un ciclón oculto,
todas las venas que prisión dejaron
y suben con un viento de licores
a mojarse de abismo en cada uña,
a sacarme la vida de mi muerte.

Manuel del Cabral (1907)

Embriaguez

Me mareo, termino de verme y me mareo, me emborracho de cosas guardadas, de pensamientos de closet, de aliens manifestandose en mi letra, en mi saber de mi.
Lo necesito, espacio, tiempo, muerte, azar, vida y consecuencias.
Y esta ella, lo es todo, amor, fugacidad y permanencia, y yo que creìa que el amor de debiles producìa fatales amarguras!

Me extraño

Te me escondes y me ves de cerca, te me ocultas pero me picas los dedos todas las mañanas, las tardes, y casi todas las noches, ahora me resguardo en mi lugar de habitos incansables, de traficos diurnos y caminos poblados de nùmeros y letras, pero estas ahi, te vas a morir pronto y quiero un funeral digno de ti, uno al cielo razo y con flores de mentiras, espadas flamigeras y cercos de madera.
Reiremos al final observando la hogera, saltaremos de pasiòn en pasiòn con ganas de jugar por siempre, me duele la cabeza de las ansias de escribirte todo, me rasco la frente y el balbuceo de todas las horas no me deja en paz, me muero poco a poco, me aterra no volver a escribir jamàs, muero de miego de no lograr las metas machacadas de tiempo, si, tiempo es loq ue no tengo ya.