El asunto ni tocarlo, al final todo amanece sin sol y cubierto de neblinas espesas y refrescantes, yo adormilada sacando la basura despacio mientras los cielos se revelan tristes derramandose sobre todo lo demás, me seco el sudor de la frente, se me perla el escalofrío en la espalda, giro y de lado tu negación de la realidad mezclandose alquímicamente con la mía. Todo se nos acomoda entre los brazos desnudos, se empeña la facilidad en habitar su sitio sin intereses propios y todos los panicos se ingenian su existencia tímida en las ansiedades tasciturnas y decoloradas. Hoy no busco particularidades ni recuerdos, te quiero como cafe al desayuno y a ella, ella puede esperar.
P.
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