Desaparecer, de forma paradigmática es dejar de estar; eso implica haber estado en un primer momento y después, dejar de estar o dejar de aparecer, existir. Estamos hablando de una desaparición ontológica? Fenoménica?
Al desaparecer de la memoria de alguien entonces dejamos de estar en esa persona?
Recuerdo la máquina de desapariciones (buscar en escritos de antaño en este blog) entonces en la memoria y sus efectos alucinatorios, selectivos, solos somos hologramas interpretados, abusamos de la palabra realidad, de nuestra calidad de "actual", de todas esas paradojas de los mundos posibles, la identidad, la existencia...
Si dejas de nombrarme también desaparezco.
En algunas culturas cuando alguien muere, se deja de pronunciar su nombre bajo pena de condenar a la comunidad al azote de la mala suerte. Entonces desaparece de la vida, de la cotidianidad, se borra su registro mnemico, se extrae como un bloque de realidad que entonces deja de tener calidad de actual.
Vuelvo a pensar entonces, las paradojas de la memoria y la existencia.
A veces despierto con unas profundas ganas (como antes) de desaparecer, sólo un tiempo, tal vez un par de minutos; en otros momentos quisiera desaparecer por siempre de la memoria de alguien, y así dejar de aparecer de a poco en la memoria colectiva.
Claro que viene a mi mente el efecto mariposa, y entonces caos; nacimiento a partir del caos.
Puede acaso uno dejar de existir para adentro? Me refiero a dejar de existir para uno mismo, perder el yo sería un acercamiento acaso.
Identidad personal coartada en la línea del tiempo, sobrexposición entonces igual a reinvención.
Cuantas vidas en una sola vida, cuantas muertes en una sola vida, cuantas Priscillas en la memoria de una sola persona.
P.
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