La apuesta corre y si, me busqué otra, me harte de los desyunos en la barda, estrellados, de tus formas y tus fondos, sí, te deje y hoy celebro la decisión, tres años después sigues en el mismo lugar, varías las figuras pero tus posiciones son tan iguales como siempre, te ví tan C como siempre, buscando castillos que solo viven en tu mente y en la de quien se deja sembrar por ti, reconozco siempre tu gran poder de convencimiento, y así, como lo dice la palabra nos han pasado tres años, para mi los mejores, para ti sé que también, porque después de todo lo que pasó sólo podría haber ocurrido algo bueno, mejor, lejos y aunque sea ligeramente distinto. Por mi parte al principio pense que podría seguir pegada al arquetipo de nuestro estilo favorito de vida, después de unos meses caí en cuenta de que el dolor pasaba menos lánguido con los pasos de costado, con las manos recién descubiertas y los ojos libres del rojo mortecino de tu recuerdo, así pues, pase de mano en mano, hoy sigo intentando caer solo en las mías, no se si el mérito sea mayor al tuyo, sé que es diferente, creo que ambas estamos bien en nuestro lugar, así de dispersas recordando de vez en cuando la camioneta a las 4am, y la repartición justa encima de la mesa.
Me pregunto, ¿cuanto tiempo tardaste en quitar el polvo en los muebles de tu casa?
P.
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