domingo, febrero 28, 2010

Ejercitando la memoria

Sueño tu lengua. Animal húmedo que transita mi cuerpo, insecto, caracol portavoz de otros cuerpos que pasaron antes heraldo del deseo, lectora atenta de mis sensaciones más profundas, espátula candente, pasajera de un tren que se aproxima emisaria de un consorcio de brazos, piernas, temblores y humedades.
Me estás desafiando. Me estás anunciando que no tengo escapatoria, porque te has mojado y no piensas permitir que te deje sola.
Sueño tu lengua como el principio del derrumbe, la entrega inevitable la fractura de todas mis certezas.
La estática de tu pezón hace acupuntura en mi espalda tallando un ideograma lunar, piel de sur y de mar, carnaval e intendencia. Que ladilla existencial me da no leerte seguido y yo buscando entre versos lo que no se me ha perdido.