miércoles, julio 30, 2014

La filosofía como creación de conceptos, Deleuze

"Mientras haya necesidad de crear conceptos, habrá filosofía, pues esa es su definición. Los conceptos no nos esperan ya acuñados: hay que crearlos. Entonces, se crean en función de problemas. En fin, los problemas evolucionan. Así que no faltan motivos... claro, uno puede ser platónico, uno puede ser leibniziano, aún hoy, en 1989, uno puede ser todo eso, uno puede ser kantiano: ¿qué quiere decir esto? Quiere decir que uno estima que algunos, no todos, sin duda, que algunos problemas planteados por Platón siguen siendo válidos a costa de algunas transformaciones. En ese momento, uno es platónico, y sigue utilizando conceptos platónicos. Si planteamos problemas de naturaleza completamente diferente, a mi modo de ver no hay casos en los que no encontremos, entre los grandes filósofos, uno o varios grandes filósofos que tengan algo que decirnos sobre los problemas transformados de hoy. Pero hacer filosofía es crear nuevos conceptos en función de los problemas que se plantean hoy. Entonces, el último aspecto de esta cuestión tan larga sería evidentemente: ¿qué es la evolución de los problemas? ¿Qué vela por esa evolución? Bueno, siempre puedo decir que se trata de fuerzas históricas, sociales, sí, de acuerdo. Pero hay en ello algo más profundo, muy misterioso –pero bueno, no tenemos tiempo. Pero yo creo en una especie de devenir del pensamiento, de evolución del pensamiento, que hace que no sólo no se planteen los mismos problemas, sino que no se plantean de la misma manera. Un problema puede plantearse de varias maneras sucesivas, de tal suerte que haya un llamamiento urgente, como una gran corriente de aire, que apela a la necesidad permanente de crear, de recrear nuevos conceptos. Hay una historia del pensamiento que no se reduce a la influencia sociológica o a la influencia... Hay todo un devenir del pensamiento que es algo muy misterioso y que habría que lograr definir, y que hace que tal vez no pensemos hoy de la misma manera que... hace cien años. Me refiero a procesos de pensamiento, a elipses de pensamiento: el pensamiento tiene su historia. Hay una historia del pensamiento puro. Entonces, para mí hacer filosofía es exactamente eso: a mi modo de ver, la filosofía nunca ha tenido más que una función; no tiene ninguna necesidad de ser superada, ya que tiene su función."Gilles Deleuze

miércoles, julio 23, 2014

Anestesia

Tuvieron que pasar meses enteros para que la anestesia finalmente saliera de mi sistema, en al asiento del pasajero desperté, llore y me conmoví, me enoje conmigo, la revolución se detuvo un momento y volví a ser yo.

Las máscaras duras se derriten despacio, y me vulnero ante mi, así, súbitamente regresé. El café me resbala despacio por la garganta, ya no tiemblo, queda la sensación de volver a casa, sin importar las consecuencias. 

Me perdí un buen rato, y vivir en la superficie resulta no solo cansado, innecesario más bien. Caigo en cuenta de que esa enorme acumulación de palabras, libros, películas, discursos correctamente argumentados son la fuga que me impuse para no sentir, porque parecía más fácil dejar de lado lo que importa, lo que se siente, lo que puede demoler; me convencí de que ser impenetrable era la mejor opción para alguien que en el fondo muere de miedo.

Pero esta soy yo, la niña que se para frente al mar y espera el momento indicado para tomar la ola, la que disfruta enorme reír horas dentro del agua y jugar a que la arena y los pequeños peces son y serán siempre los regalos inefables del momento, el azul esta presente a cada paso, y las despedidas que antes parecían una jugada torcida del destino hoy son puentes y millones de posibilidades.

P.


lunes, julio 14, 2014

El vuelo nocturno

Cuando hago consciente que las certezas son minúsculas, las dudas entonces se disipan. Frente a mi el horizonte de un nuevo mundo, de horizontes antes imaginados y hoy a unos cuantos pasos de distancia, las posibilidades se engendran caminando, el árbol de sueños se propaga como una enredadera que crece libre al pie del acantilado de mis sueños. 
Así ahora los cambios, así también la toma de decisiones, por fin se abren los caminos y los medios para acceder a ellos. 
Es hora de desplegar las alas y dejar que los pies abandonen el piso conocido, el vuelo empieza corriendo un poco en tierra firme, y después perdiendo el miedo para tocar las nubes. 
P.