miércoles, junio 26, 2013

Noche larga

De pronto de la nada aparece la luna debajo de la espesa neblina, han pasado días enteros sin que se vean las estrellas, el cielo es gris y llueve monzonicamente durante días y noches sin tregua. Así, mis últimos meses. 
Es decir poco que los últimos meses mi vida ha sido una tormenta devastadora, los relámpagos iluminan a lo lejos los vestigios de una vida pasada y de nuevo todo se cubre de nubes y sombras, de planos largos y silencios abrumadores, de esos que más bien parecen zumbidos ensordecedores. 
No he tenido tiempo ni de percatarme de los daños colaterales, y de a poco me transformo en esta que no se reconoce, otra vez.
Parece que me confundo con el paisaje sombrío, poco a poco me vuelvo una sombra más en la utopía que aparenta serlo a lejos en el horizonte. Me aterra. 
A veces el miedo es tan profundo que me paraliza, otras tantas el miedo me hace reaccionar de formas insospechadas, noches enteras en vela que tienen como resultado una sequía dolorosa y temible en lo profundo de todos lados. Porque todos lados es vacío y el vacío soy yo misma.