martes, septiembre 14, 2010

Hospital

Sola, en el hospital, la antesala del tomógrafo, totalmente desnuda frente al espejo y rodeada de ese particular aroma de cirugías y recuperaciones, ladeo la cabeza y extiendo mi brazo derecho junto a mi cuerpo frio, un hilo abundante de sangre bronta y me recorre la piel blanca, pálida, escurre por entre mis dedos roja y espesa, se transfiere sin orden hacia mi musco y baja imprudente hasta la pantorrilla, vuelvo la mirada al espejo y con esa luz mortecina, blanca, dura me percato de que nadie sabe en donde estoy.
Yo desnuda y ensangrentada en el sótano de algún hospial mientras el microcosmos viaja igual, sigue su curso sin deternerse a mirar o imaginar si quiera, y soy tan afortunada de poder verme asi, de esconderme del mundo a la vuelta de la puerta 2, de imaginar el mundo de una adolescente de Viena sentada en el piso de su cuarto escuchando musica mientras yo al salir me siento en azúl y leo la novela de Saramago que tengo rezagada desde hace meses.
Todo esto pasa mientras estoy a la orilla de un rio que no deja de arremolinarse frente a mi, de las "posibilidades", de las nuevas propuestas y promesas absurdas pero tentadoras.
Al final del día se darán cuenta, se enterarán de que lo quiero todo cuando en realidad no puedo mantener mucho más que algunas gotas sobre las palmas, teng miedo de seguir buscando.
P.

lunes, septiembre 13, 2010

Revolución e Independencia (aprovechando la coyuntura)

Sigues sin entender el juego en el que te has metido, te hablo todas las noches para intentar explicarte la profanidad de tus nuevos pasos y tu entendimiento me transfiere a otro departamento, el de la espera, el del ego intrascendente, el control y las gana de salir corriendo.
Ayer recorde esos años pasados, los días de dedos amarillos sentada en el patio en medio de algo que era mio, de noche, siempre de noche, buscando estrellas para cenar y nubes para encontrar mi camino... cuanta paz hay a veces en los sitios que se alejan en las lineas que saltan en el tiempo.
Hoy quisiera celebrarme a los 7 años de tanto remolino, pero no es independencia lo que encuentro habitandome, aún no... aunque una mirada distinta sin duda, todavía vislumbro rezagos de humanidad estacionados en aquellas piedras gastadas y latas perforadas, la ansiedad es otra, el ego es uno nuevo, me he estrenado una nueva máscara que ni me queda ni me satisface, y hoy es a mi a quien toca correr en sentido contrario, recorrer el laberinto de regreso y partir desde el principio a disfrutar el paisaje, despacio, dandole su lugar al oxigeno en los pulmones, sintiendo las burbujas de duda subir y bajar por mi pecho, encontrando certezas en los pasos pensados y sigilosos.
Hoy te vas de mi porque no necesito más control externo que el que yo misma puedo ejercer, no puedo pasar más tiempo pensando en lo que sería, y no puedo porque no quiero. Pasar mas meses perdiéndome en alguien que no ayuda a encontrarme, que no conoce la saciedad simple y humana de la vida que a mi me trasciende a momentos, sin duda no podemos ver la misma mágia porque no te has puesto tus lentes de asombro, porque hace años que no te permites ser una niña y esa capa ya te queda grande.