Retorno

Entro a la ciudad y todo igual, como la deje hace una semana y yo nada, que no es lo mismo pero casi es igual. No me dió gusto ver los centros comerciales, ni las avenidas infestadas con automotores, los niños a la escuela con celulares en mano, y sobretodo el cielo, como me entristece ver el cielo o por lo menos el pedazo que me toca cuando levanto la vista. Vengo de experiencias mágicas y odio que terminen de manera tan abrupta: despierta con la luz del autobus encendida y escuchando los claxons que anuncian que estoy llegando a la central del sur. Tantos estilos de vida diferentes, tantas alternativas a esta que reconosco como la mas familiar y tanto pinche miedo, hoy no sé ni que hago aqui de regreso, han sido tantos los que corren de aqui a encontrar miles de momentos inefábles, pero esa sigue siendo la diferencia, mientras ellos continúan en el camino enocntrando yo regreso a seguir esperando en el mismo lugar. Algún día puedo decir mil quinientas veces, ojalá puedo pensar otras tantas... Extraño el cielo de alla, la brisa y la gente, extraño el sonido y el cielo otra vez, regreso a la ciudad llena de arena mental, permitanme sacudir un poco las botas y tender las memorias del viaje al orden caotico del hogar.