martes, enero 24, 2006

Souvenirs

Tengo un par de “souvenirs” que traje desde Mazunte. He aquí la cuestión, ¿Hacerlo o no hacerlo? ¿Perderme hasta la madre o no? Casi todo el tiempo envidio cierta parte “normaloide” de las personas que no tienen idea del vacío en el estómago y el sudor frío de manos y nuca al mencionar siquiera, ciertas sustancias sin pies ni manos, que a mi antes me han dado en la madre tantas veces. Si, si, el camino lo elegí yo, las decisiones solo son responsabilidad de quien las toma, toda esa cantaleta mental que me digo cuando llega el reproche metódico de cada disyuntiva alcaloide. En este caso el “yo no sabía que esto iba a ser así” no sirve de nada, el diablo del izquierdo siempre tiende a dar explicaciones falsas y aunque no pareciera, hasta ingenuas al respecto, en estos casos solo queda la VOLUNTAD???? ¿Qué es eso? Y si algún día lo entiendo ¿Cómo pueden hablar de ella aquí?. Me resulta hasta hilarante el hecho de que LA voluntad me la presenten como femenina, ojala Gaston Bachelard pudiera encontrar lo bello en esta contradicción para mi porque ME HACE FALTA!.
La voluntad es la que se enferma, es la primera que padece en caso de haber nacido con la persona en cuestión de la forma, el tamaño y la intención “adecuada”, esto es más difícil de lo que parece, ahora que puede decirme a mi Shopenhauer de su voluntad filosófica tan prostituida, no tengo tiempo en pensar tanta mierda cuando en la disyuntiva lo más asequible siempre parece salirme con la mía a costa de todos los riesgos inherentes, y es como vivir poniéndote en la línea de fuego cada vez, al máximo y sabiendo siempre que HOY puede ser “EL” día, ya me ha pasado más veces de las que puedo recordar, ya he perdido amigos de la forma más dolorosa, me he hecho de otros que eran todo menos personas claras y distintas, perdí y dividí a mi familia, perdí el derecho a dormir en paz por las noches o a cualquier hora del día, perdí inclusive mi libertad, el derecho que tienen los “normales” a divertirse No sanamente sin quedar en un estado vacío y con una semana de remordimientos picándome el costado izquierdo de todo! Parecerían a estas alturas muchos más lo contras en esta manía racional del balance universal, y eso que? Como dije, cuando la voluntad se enferma, el libre albedrío vale madres y me persigue hasta en sueños la posibilidad de despertar anexada a una realidad penosa y decadente como antes… Esperen… Si, si ya voy, el pequeño demonio rojo vino de visita a mi oreja izquierda… Tengo que irme.

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